Ella vuelve a mí como el deseo de respirar
a cada rato, sin contabilizar el tiempo la estoy pensando:
es sorda, es muda, es inquieta, es mía;
ella también es mía, aunque otro reclame su cuerpo,
en su cama soy ciego, soy otro, soy demonio
soy humedad, soy explosión, soy su esclavo
aunque otro amenace mi cuerpo, el otro,
el que dice que por ella mataría a cualquiera
no hay necesidad de esto, pienso en su cuerpo desnudo
consumiéndome, consumiéndola, consumiéndonos,
la vida no es un orgasmo, sin embargo que bien se siente;
vuelve a mí a cada rato y me transforma
y ella se pierde en la desnudes de mi cuerpo
que entra en contacto con su boca;
su boca en la orilla de aquello que antes irse se vino,
me pregunto si vale la pena arriesgar la vida
y todo lo que puedo decir es: creo que sí y continuo
vuelve a mí todos los días, ella es más fuerte que el deseo
él desde el rincón de su cama le implora, la sigue,
dispara amenazas, es el chico malo, el chico caótico
el chico que tiene un perro, el que está ciego ira,
es el chico que me amenaza, mientras se va consumiendo
ella vuelve a mí como el deseo de respirar, a cada rato
busca su eternidad en mi muerte, en mi pequeña muerte
que amenaza con llegar todos los días
a cada rato me vengo en ella, estoy húmedo, estoy ausente
estoy con el alma en la orilla de esto que llaman vida
Amor, deseo, ausencia, cama, miedo.. todo en uno. Perfecto 🙂
sin embargo algo falta, algo debe faltar, sino ya no tendría sentido esto llamado vida
Te quedas pensando en cómo acaban estas historias, en si merece la pena el riesgo o si lo que merece la pena es precisamente el riesgo 🙂
Besos al nene compadre, estará el cabrón ahí acaparando teta, son unos ingratos.
lo acapara todo incluso la sonrisa de las amigas y a uno ya ni lo pelan, pero es parte del paquete supongo, ese paquete de cuando uno tiene crío
el riesgo quizá vale la pena pero mientras lo compruebo hay que averiguar que es lo que hace que valga la pena y no hay más que hacer pruebas de ensayo y aprender de los errores…