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Otra vez

COSAS SIN SENTIDO

Se que soy un hombre lento, no por mi edad, sino por mis actos, se que cada vez son más pausados mis movimientos, como si de ello dependiera toda mi vida. Me tarde más de 40 años en poder responder que es una amante, no solo se trata de ir a un motel y coger, hay algo más, me tarde más de lo debido porque nunca le había buscado sentido.

Sabes que ese momento está allí cuando tiemblas, cuando te estremeces, sabes que estas a tope, que lo puedes dar todo de ti, es como una instantánea, algo que ocurre en un abrir y cerrar de ojos, casi siempre terminas por decir porque no le hice caso a mis emociones. Luego viene   una especie de resaca, una donde te pones analizar todo lo que haces y lo que no.

¿Y después del sexo qué?, nos fumamos un cigarro o nos tomamos el café americano con leche deslactosada y sin azúcar. Donde queda la magia o eso que te hace vibrar como la primera vez, ese temblor indescriptible como cuando tenías 20 años, a veces me pregunto qué haríamos si pudiéramos regresar a un estado ideal, es decir en nuestra mente lo hacemos, pero no en la realidad, porque el tiempo te cobra la factura y no haces otras cosas que envejecer. Es una idea utópica, pensar que podemos volver sobre nuestros pasos una y otra vez, hasta saciarnos de esa realidad y luego modificar otra y luego otra hasta que todo quede perfecto.

He descubierto el miedo. No es algo aterrador, hasta cierto punto da risa, descubrí el miedo tras empezar a coquetear con la muerte, pero mis miedos, no están en si yo me muero, sino en perder a todas las personas que siempre he querido. Dentro de ese miedo a perderlo todo, creo que comencé a correr para que nada me haga falta y no hablo de cosas materiales, sino de las cosas más básicas y pequeñas, porque cuando uno busca en las pequeñas cosas, descubre que existe un mundo paralelo el cual siempre estamos ignorando, y la pregunta continua,  una y otra vez, hasta llegar a un punto con el cuerpo cansado y desnudo, que la repites en voz alta: ¿y después del sexo qué?, tal vez dejes de hablarme o te acostumbres a mí y no quieras que me vaya a un lugar inexistente, tal vez simplemente lo olvides y sigas tu camino, ese camino que te lleva todos los días a la idea de un eterno retorno y una y otra vez, y que cada que te veas al espejo, seas la persona que fuiste hace mucho tiempo, como si ese yo estuviera gritando por salir.

Las emociones del primer beso, o el cigarro antes o después del sexo, las emociones del tiempo, el que dirás si lo hacemos hoy, las pasiones desmedidas mientras me besas y yo tiemblo, y se me enchina la piel porque sé que sigo vivo, porque se que sobrevivimos una pandemia, porque se, que en el fondo de nosotros hay alguien que desea salir, pero su grito esta ahogado y no lo logra, ya nadie escucha.

Sigo siendo fiel a mi estilo, no dejo de revolver una idea con otra, parece que el toque de la pasión o la pasión misma sigue allí, y siempre me pregunto a que este uno dispuesto, acaso alguien se suelta del mástil del barco para lanzarse a las aguas enfurecidas de los océanos, mientras cientos de tiburones rondan una embarcación. No lo creo.

En esencia estamos hechos de pequeños momentos a los que le hemos dado un nombre, pero esos momentos nos persiguen a lo largo de nuestra vida y casi siempre dictan cual será nuestro final, para mí este es un proceso de casi toda la vida tratando de encontrar la fuerza que me haga vibrar, no quiere decir que no pasa, sino que hay algo más que hace que no detone del todo, ese algo por supuesto, habita en mi. Decía al principio que soy un hombre lento y que descubrí lo que es el miedo y que no me gustaría perder a los que amo, y me vuelvo egoísta y no me importa lo que ellos sentirán si me pierden. Soy lo que soy porque todo suma, sin las personas que están a mi alrededor soy un desconocido y ese ser no me agrada del todo.

Esta loca idea de tenerte se va convirtiendo en esa loca idea de perderte, así se resumen mis miedos.

Es necesario para mí: escribir, porque me libera o libera a ese ser que traigo dentro, es necesario hacerle caso a nuestro ser interno, me gusta la idea de que alguien lo hubiera bautizado con el nombre de sombra, pero el nombre no importa, sino saber que siempre está allí y podría sacarnos de la peor situación.

Ideas revueltas después de años sin escribir, no esta mal, solo espero poder alcanzar al yo que deje de ser, para convertirme en este yo, este que desea ser el yo que ya no es, pero que me parecía capaz de disfrutar de la vida.

La lentitud me cuesta mucho trabajo, pero acaso hay otra cosa quehacer que nos obliga a portarnos mucho más agiles.

No se a donde vayan las cosas, ni siquiera sé si me voy a acordar de las cosas que he dicho o las que he escuchado, no se si es mejor el silencio o las ganas de quedarse callados, para ver que pasa, no se del dolor de muchos y nadie sabe de mi dolor, incluso ni yo lo sé.

Por hoy solo he querido recordar ese temblor único que te pasa cuando estas con alguien por primera vez en la vida, esa sensación un tanto extraña y que debería dispararse todos los días porque estoy seguro de que es la única forma de llegar al camino de la felicidad. Me esfuerzo a diario por ser el que quiero ser, pero casi siempre soy, el que ahora ves y pienso que no está del todo mal. Tal vez me arrepienta mañana de lo que hice hoy, tal vez nunca lo haga, pero esta sensación y esta emoción no hay forma de describirla y quizá sea algo parecido a lo más hermoso que te ha pasado o tal vez solo sea un intento por no morir y llegar a ese lugar donde todo parece más fácil. Otra vez.

La botella

A veces soy un novato y me ausento. La historia de mi vida parece la misma, no fumo después después del sexo, tampoco lloro, cosas que si me han pasado es salir corriendo a comprar la pastilla del siguiente día y después sentirme de la chingada por no ser del todo responsable, lo más cabrón me paso entre los 19 y 20 años.; tenía una novia loca que después del sexo se espantaba porque decía que ella era exacta como relojito y fértil como la madre tierra, un día nos habíamos dejado llevar por la pasión y bueno eyacule donde no debía, porque era ese momento fértil. Ella no confiaba en la pastilla del día siguiente,, supongo que habra tenido una mala experiencia y se le ocurrió que teníamos que llenar una botella con agua e introducirla en su vagina para que ese liquido se encargara de «limpiarla», situación que desde luego no funciono pues el agua no se movía ni por error, así que me pidió que pusiera agua en mi boca y que funcionara como bomba para limpiar su vagina, cada que veo esa escena no paro de reír, a veces pienso que eso fue lo más loco que me ha pasado en la vida, pero no es cierto, después del sexo pasan tantas cosas que tan solo recordarlas me hacen reír como menso.

Dicen que mi abuelo siempre fue un hombre feliz. Mi madre me contaba historias del abuelo y era todo menos un hombre feliz, pero los recuerdos que tenia mi madre siempre eran las de un hombre ejemplar. Me conto que el día que mi abuelo la colgo del viejo mezquite lo hizo porque ella tenía la culpa, pues de no haberle pegado a la madrastra que la maltrataba, mi abuelo no habria tenido pretextos para hacer lo que hacia con ella.
Mi abuelo se podría haber ido a la mierda, provoco que mi madre me pariera en el suelo de un viejo granero.
Cuando murió el abuelo, mi madre lo quería enterrar al pie de su viejo mezquite, le dije que lo mejor era llevarlo al panteón dónde amontonan una tumba sobre de otra y luego olvidarse de él.
A veces creo que mi madre no tenía memoria ni capacidad para odiar y le gustaba ver el mundo desde un punto casi imposible, como si lo peor de las cosas estuvieran reservadas para ella y no fuera posible quejarse porque ese fue el mundo que le toco vivir.

No hay ese lugar

No hay boleto en este mundo que me pueda llevar a donde quiero ir
Siempre me decias que no, incluso cuando imaginaste que había eyaculado dentro de ti y corriste a comprar la pastilla, dijiste no, desde luego que no había eyaculado en ti, pero no evite que fueras por la pastilla, tú decías que tu vida estaba por delante y joderte la vida no era lo tuyo. Volviste a decir que no, luego comenzaste a viajar y creo que nunca habrías parado de no haber sido porque descubriste que no existía tal lugar que te diera lo que estabas buscando.
Yo quería ir en sentido contrario al tuyo, tú decías norte y entonces corría al sur, no deseaba encontrarme contigo, no solo le tenía miedo a tu no constante, sino que me aterrorizaba la idea de que pudieras abandonarme de nuevo
No hay boleto que me lleve a donde quiero ir, quizá por eso me quede sin moverme, esperando a que llegue el día en que se te olvide decir que no, quizá con ello se te olvide mi nombre y la felicidad sea volvernos a encontrarnos como dos desconocidos en una vieja librería de la ciudad que más amor.

Sin dirección

No pude más con el silencio y entonces
me puse a buscar tus ojos de gata,
no vas a creer las cosas que hice, no por extraordinarias o absurdas
sino porque vienen de mí y de esa necedad de estar perdidamente enamorado de ti
aunque hablar de ti, no solo es hablar de tus ojos o de tu contagiosa sonrisa
tampoco es hablar de tu alborotado cabello y sobre todo hablar de ti no es hablar de tu ausencia, es hablar de lo que deje de ser en todos estos años. Buscarte es otra historia
Hace años te habria buscado en un atardecer en Lisboa o en un café en Estambul, me gusta la idea de encontrarnos en Estambul, seguro te habría buscado en la Ciudad de Mexico, es más creo haberte encontrado en los pasillos de la Universidad Nacional, sino mal recuerdo esa vez nos besamos. Desde luego que el mejor lugar para buscarte era a las orillas del Guadalquivir, pero como tenía miedo a que me rechazaras, así que alli no te busque. Te encontré de la forma menos romántica y más segura, porque eso hacemos ahora: estar seguros hasta de nuestra sombra. Aunque decir que te encontré es una útopia perversa.
En mi busqueda siempre estaba presente Omara Portuondo, en ocasiones Compay Segundo o Laura Pausinni, con los años intente sustituirlos pero casi nadie lograba tener esa fuerza entre nuestros recuerdos, quizá porque nunca los escuchamos estando juntos. De fondo siempre estuvieron las letras de Agustin Lara y ese era el ambiente entre nosotros como si nuestros espiritus fueran tan viejos como la historia misma. Encontrarte era ir a las lecturas de Sergio Pitol, pero fisicamente tú estabas en otra ciudad y casi siempre te observaba cruzando un puente.

Siempre ha estado en el mío, la mentira, el sueño, el recuerdo, las ganas de verte. Le llamamos corazón, amor, tristeza, alegría, vida. A veces creo que todo ha muerto y busco en el sexo un poco de ti. Te quiero junto a mi, te puedo sentir y solo hay silencio, eso es lo que hay.

Retazos

Casi todos los días me da por espantar el sueño, me da por buscar dentro de mí algo de ti, la realidad es que me basto un minuto para huir de lo que juntos pudimos ser y hacer y no me basta toda una vida para añorar esos momentos que son simplemente imposibles.
Las posibilidades parecen infinitas hasta que chocas con una dura pared a la que nos da por bautizar con el nombre de realidad.
Mi amigo más cercano se siente ofendido o se quedo mudo, no es mi culpa que su mujer quisiera a otro y ese hombre la quisiera a ella, tampoco es mi culpa no saber lidiar con sus problemas, como si el fuera una victima o todas las victimas de esa historia fueran él.
Una mañana de estas desperté con la noticia de que mi vida era otra y que las otras cosas que nunca había querido hacer ahora las tenía quehacer y comence quizá la batalla más cruel de toda mi vida, solo que el enemigo era un ser invisible y a la vez era yo y en ese andar me he ido complicando. Me he preguntado mil veces porque o para que escribo y supongo que todo es un un sucio secreto que me permite seguir buscando en esos lugares que parece imposible encontrarnos. Despues de todo esto no es otra cosa que retazos de historias.

Todos los días

Todos los días pensaba en la mujer de mis sueños, nunca pensé en hombres, quizá porque convivia con ellos en todo momento o porque simplemente me sigue gustando la suavidad de las piernas de ellas. Todos los días para mi empezó cuando aún tenía cinco años.

Me gustaba ir al molino de nixtamal porque las mujeres enseñaban los pechos mientras recogian la masa y porque de camino a casa, casi siempre se detenían entre huizaches, mezquites o al borde de un camino deshabitado y me daban a beber de esa leche imaginaría que años después alimentarían a sus hijos, sin embargo nunca fue una de ellas la mujer de mis sueños, supongo que para ellas solo fui un experimento porque alguien les dijo tantas cosas sin sentido, no puedo saberlo para mi aún eran los inicios de todos los días.

A la mitad de mi vida me había enamorado más veces de las que podía contar, había combinado mi apellido tantas veces que llegue a pensar que algo no andaba bien y entonces me volví un ser solitario. Mis amigos decían que me habían dejado de gustar las mujeres y luego les dije; me gusta la poesía y ellos dieron remedios infalibles para dejar ese camino y argumentaron que entre amigos no se valia, los perdí a todos, para ellos era como si el gusto por los hombres siendo hombre fuera una enfermedad

A veces pienso en la mujer de mis sueños y bajo en esos pensamientos hasta un río poco profundo y la veo a ella apenas cubierta por una suave bata transparente que me deja ver su desnudez y cuando intento decirle algo me gana un silencio pesado, entonces sumerjo la cabeza en el agua y todos mis miedos se vienen encima, ella desde luego se ha ido y pienso que es todas las mujeres que he tenido y me han tenido, solo entonces me traga un miedo inexplicable, supongo que voy muriendo, el silencio no para y creo que soy el mismo de cuando empezaban todos los días.

Todos los días

Todos los días pensaba en la mujer de mis sueños, nunca pensé en hombres, quizá porque convivia con ellos en todo momento o porque simplemente me sigue gustando la suavidad de las piernas de ellas. Todos los días para mi empezó cuando aún tenía cinco años.

Me gustaba ir al molino de nixtamal porque las mujeres enseñaban los pechos mientras recogian la masa y porque de camino a casa, casi siempre se detenían entre huizaches, mezquites o al borde de un camino deshabitado y me daban a beber de esa leche imaginaría que años después alimentarían a sus hijos, sin embargo nunca fue una de ellas la mujer de mis sueños, supongo que para ellas solo fui un experimento porque alguien les dijo tantas cosas sin sentido, no puedo saberlo para mi aún eran los inicios de todos los días.

A la mitad de mi vida me había enamorado más veces de las que podía contar, había combinado mi apellido tantas veces que llegue a pensar que algo no andaba bien y entonces me volví un ser solitario. Mis amigos decían que me habían dejado de gustar las mujeres y luego les dije; me gusta la poesía y ellos dieron remedios infalibles para dejar ese camino y argumentaron que entre amigos no se valia, los perdí a todos, para ellos era como si el gusto por los hombres siendo hombre fuera una enfermedad

A veces pienso en la mujer de mis sueños y bajo en esos pensamientos hasta un río poco profundo y la veo a ella apenas cubierta por una suave bata transparente que me deja ver su desnudez y cuando intento decirle algo me gana un silencio pesado, entonces sumerjo la cabeza en el agua y todos mis miedos se vienen encima, ella desde luego se ha ido y pienso que es todas las mujeres que he tenido y me han tenido, solo entonces me traga un miedo inexplicable, supongo que voy muriendo, el silencio no para y creo que soy el mismo de cuando empezaban todos los días.

A mi padre le gustaba la perfección, me decía que sino lograba lo que me pedía mi premio estaba esperando, casi siempre fue una vara verde de mezquite y si la cosa era muy mala me tocaba con una de cascalote

Siempre fui el chico que participaba recitando absurdos poemas cuyos versos aún me martirizan, aprendí innumerables coreografías aunque siempre hacia o decía lo que me venia en gana pues mi padre nunca estuvo alli para juzgar mis actos, casi siempre se enteraba pero el castigo era menor si él no lo veía; fui el chico que paseaba la bandera por el patio de la escuela haciendo absurdas maniobras.

Lo más triste de todo era enamorarme de forma casi imposible de mis maestras, una a la vez y saber que al próximo año las perdería, a veces creo que las busco a ellas en cada relación imaginaria o real, el orden no importa sino el deseo de encontrarmelas, quizá porque el verdadero deseo es ser niño nuevamente y tener un padre distinto, un padre al cual extrañar.

Mi padre decia cosas sin sentido, me invitaba a jugar como si fuera un niño, incluso creo que era un niño atrapado en un cuerpo de adulto, un cuerpo que disfrutaba de todas las perversiones posibles.

Lo que más me alegra en esta vida es que las batallas de mi hijo no sean por aprenderse absurdos poemas en la lengua de Shakeaspeare o en cualquier otra lengua, me alegra que se enamore de Renata o de Valentina y no de las maestras que están inmersas en sus rutinas y las vidas de sus hijos que a su vez se enamoran de sus maestras, me alegra que no tenga que pasear una bandera de forma absurda y que pueda recordar que todas las mañanas queria llegar temprano para patear una pelota en un recreo inexistente

Mi padre se ha ido borrando de mi memoria, quiza duerme todas las noches borracho, tratando de vencer a ese cuerpo de adulto que atrapa la mente de un niño perverso de la cual muchas veces fui su cómplice. Mi niño supongo que es feliz abrazando un muñeco de peluche y algunas veces pidiendo un poco de calor porque lo invade el frío.

A mi padre le gustaba la perfección, me decía que sino lograba lo que me pedía mi premio estaba esperando, casi siempre fue una vara verde de mezquite y si la cosa era muy mala me tocaba con una de cascalote

Siempre fui el chico que participaba recitando absurdos poemas cuyos versos aún me martirizan, aprendí innumerables coreografías aunque siempre hacia o decía lo que me venia en gana pues mi padre nunca estuvo alli para juzgar mis actos, casi siempre se enteraba pero el castigo era menor si él no lo veía; fui el chico que paseaba la bandera por el patio de la escuela haciendo absurdas maniobras.

Lo más triste de todo era enamorarme de forma casi imposible de mis maestras, una a la vez y saber que al próximo año las perdería, a veces creo que las busco a ellas en cada relación imaginaria o real, el orden no importa sino el deseo de encontrarmelas, quizá porque el verdadero deseo es ser niño nuevamente y tener un padre distinto, un padre al cual extrañar.

Mi padre decia cosas sin sentido, me invitaba a jugar como si fuera un niño, incluso creo que era un niño atrapado en un cuerpo de adulto, un cuerpo que disfrutaba de todas las perversiones posibles.

Lo que más me alegra en esta vida es que las batallas de mi hijo no sean por aprenderse absurdos poemas en la lengua de Shakeaspeare o en cualquier otra lengua, me alegra que se enamore de Renata o de Valentina y no de las maestras que están inmersas en sus rutinas y las vidas de sus hijos que a su vez se enamoran de sus maestras, me alegra que no tenga que pasear una bandera de forma absurda y que pueda recordar que todas las mañanas queria llegar temprano para patear una pelota en un recreo inexistente

Mi padre se ha ido borrando de mi memoria, quiza duerme todas las noches borracho, tratando de vencer a ese cuerpo de adulto que atrapa la mente de un niño perverso de la cual muchas veces fui su cómplice. Mi niño supongo que es feliz abrazando un muñeco de peluche y algunas veces pidiendo un poco de calor porque lo invade el frío.