En su juventud, Flanagan fue parte del Cartel de Cortázar, desde luego que era un infiltrado y en su tiempo libre dentro de la mafia, jugaba a la Rayuela (se puede entender lo que uno quiera, pero nunca nada relacionado con el sexo, que eso no es parte de este final). Fue en ese Cartel donde aprendió tácticas de combate y evasión. Así que ahora cuando había sufrido esa metamorfosis, se preguntaba si habría valido la pena todo lo que paso mientras estuvo infiltrado, seguro que si, fue lo que pensó. Era importante en esta batalla no usar el aguijón, picar con la cola suponía una muerte eminente y su misión ahora consistía en repoblar al mundo de sexi-mujeres-abejas, y alentarlas a revolcarse con él en las flores para provocar una buena polinización. Se imaginan el tamaño de los melones y otras frutas.
Escuchó de estos hombres el nombre de su jefe, era un pinche chaparrito buscado por todas las policías del mundo y que años atrás se había fugado de un penal de supuesta máxima seguridad, lo apodaban el jefe de jefes. Archí-enemigo del cartel de Cortázar y su música preferida la interpretaban: Los Tigres de Borges. Acabar con las abejas, fue una estrategia para exterminar al Cartel de Cortázar que obtenía sus ganancias con la venta de limones y otros frutos, era como matar dos pájaros de un tiro, pues su alergia a los abejas, lo hacían ver muy vulnerable, eso sin contar que odiaba el sabor de la miel. El pinche chaparro, se puso feliz cuando se entero que había muerto la última abeja, fue justo en el momento que a Flanagan le salían las primeras pelusitas en su hasta ahora cabeza calva.
Deshacerse del par de cabrones que disfrutaba del éxito de su misión no supuso problema alguno, un par de golpes acá y allá bastaron, pero Flanagan deseaba acabar con el pinche chaparro, murieron miles, quizá más de medio millón, uno a uno fueron cayendo, no había un autor intelectual, las manos de Flanagan se habían manchado de sangre y mientras eso pasaba, él no dejaba de pensar en Merikeit y la cantidad de frutos que ya habrían polinizado, la escasez de frutas como las muertes en las calles eran un problema de seguridad nacional en cualquier rincón del mundo. Recordó el cuerpo desnudo de Merikeit, pero la cosa estaba jodida pues en esta historia hablar de situaciones sexuales se convierte en una distracción y es algo que no deseamos no del todo desde luego).
El cartel de Cortázar era igual al club de la Serpiente, solo que en su versión agresiva y violenta, los del cartel sabían desaparecer cuerpos y traficar con todo aquello que dejara ganancias y su principal producto eran: los limones, por lo que ahora estaban desechos. Flanagan acabo con el pinche chaparro o algo más o menos parecido, pero para poder hacerlo tuvo que valerse de la Merikeit, pues sabiendo que la debilidad del pinche chaparro eran las mujeres (y de quien no), ella logro meterse en la vida de este cabrón y aquí debería seguir un colorín colorado, pero estoy tan tentado a contar la historia sexual, no mejor no cuento nada, así que el cuento se ha acabado. Bueno el final alternativo y efectivo tiene que ver con la pronta producción de frutos.
FIN
Pues casi dan ganas de seguir con la aventura a ver la aventura sexual
pues a seguirle….
Magistral querido Efron.. este guiño a cortazar, y .. un pinche chaparro… wow…..y . .me muero por un final con sexo.. ¡¡¡Dess!! este final necesita pim pam pum 🙂 .
ya sabes que Cortazar me vuelve loco, desde luego que nos hace falta Kafka, pero te imaginas cuando las sirenas despertaran y que un cambio hubiera ioperado en ellas…
abrazos cielo
jajajaj Que bueno lo de Cortazar y Borges. Ha sido genial.
Y me alegro que el pinche chaparro muriese jajjajaj
Felicidades.
sigo…
Besazo
jajajajaja
gracias querida, uno no puede ocultar sus gustos
beso enorme
Sexo, sexo, queremos sexo….El sueño de cualquier súper abejarruco, ser el último hombre vivo en medio de una harén…. sexo, sexo….
es la voz del pueblo, sexo, sexo, sexo….
Dan ganas de saber más de la historia torrida de sexo que se vislumbra… ja, ja
Llevo toda la mañana leyendo en busca de ese final sexual, cual Pinche. 🙂
Un abrazo.
algún asomo del sexo hay, lo que me preocupaba era llegar a un final donde se tuviera una escena de sexo interrumptus y que crees…
abrazos
Cortázar, Borges… Me ayudan a vivir (a leer, a escribir…).