Era un círculo casi perfecto. Flanagan pensó que tanto él como la última abeja contenida en el Apicarium RX2000, habían llegado a su fin. De haber tenido que cruzar por un hoyo en la tierra, sería casi seguro que estaban entrando al mundo de Alicia en el país de las maravillas, y con la última abeja en sus manos eso significaría que el fin del mundo estaría ahora sobre ellos, pensó en un despiadado líder que se encargaría de producir miel modificada genéticamente, abejas robots, miel sintética, el mundo dejaría de tener sentido. Pero no, no era un agujero en la tierra, sino un gran círculo de luz, como esos que todos tenemos en la mente cuando hablamos de la llegada de la muerte. Pero no era la muerte lo que tenía encima. Flanagan y sus dos acompañantes vestidos todo de negro habían atravesado un puente cuántico, un potente transportador que en un abrir y cerrar de ojos los había llevado a otro planeta.
–Estamos en: E-L-Y-69, nuestro planeta, le dijo uno de los hombres de negro. Necesitamos de tu ayuda–. Flanagan pensó que estos le querían tomar el pelo.
–Te hemos traído porque queremos tu abeja. Tenemos un ejercito de ellas, pero ninguna sabe producir miel y ese es el combustible de nuestro mundo–dijo el más alto de los hombres de negro, mientras se acariciaba la cabeza totalmente rapada. Si cooperas con nosotros te puedes quedar y convertirte en un viajero investigador por todo el espacio.
Flanagan pensó en todos los niños del mundo que no conocerían jamás el sabor de una miel verdadera y por primera vez a lo largo de su vida se dio cuenta de que estaba perdidamente enamorado de Merikeit, por otro lado estaba la posibilidad de hacer lo que siempre había deseado.
Flanagan no soltó ni por un instante el Apicarium RX2000, donde se encontraba la única abeja capaz de resolver los problemas de ambos mundos.
Entre su espalda y la tierra solo había ese círculo de luz, Flanagan se dio media vuelta y corrió hacia el, antes de entrar se detuvo y suspiro profundamente. Y entonces cruzo por su mente la posibilidad de resolver las cosas de manera favorable para ambos lugares.
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Jaja, el combustible de ese planeta…que pegajoso jaja, pero que dulce
menos mal….. también hay que ser solidarios por la cuenta que le trae, jajaja.
Voy a la segunda pero me he quedado intrigadísima.
Engancha!
ya ni cuento por cuantas voy, pero trato de mantener el orden
Me gustaría ir a ese planeta!!!
Eh, ¿acaso he notado cierto rintintin en lo de «despiadado líder»?
Que te olvides del correo, tal y como están los enlaces están bien 🙂
ya esta compadre
ese despiadado líder se casaba con reinas de belleza, ya imaginaras de quien se trata, lo llamaban el jefe de jefes…
La miel como combustible, mucho mejor que la gasolina, ya lo creo.
entre más miel, más romantico
No sé si es que a estas horas estoy ya muy mal, pero ¿no son iguales las opciones de Dolega y Mª José?
tienes razón
La mía ya me la sé 😛
Me voy a por otra que está interesantísimo 😛
Sigo…
Besazo
lo mismo hago yo
jejejeje, muy bueno!!, ¡yo me amorraría al surtidor de combustible!!, llamadme golosa si eso 😉
golosa…
Que bueno este Flanagan pensando en hacer lo mejor para los dos mundos, es un santo, je.
Un abrazo.
vaya que es un santo, aunque al final debe sucumbir a la idea del sexo duro, como todo mortal
abrazo