Dicen que mi abuelo siempre fue un hombre feliz. Mi madre me contaba historias del abuelo y era todo menos un hombre feliz, pero los recuerdos que tenia mi madre siempre eran las de un hombre ejemplar. Me conto que el día que mi abuelo la colgo del viejo mezquite lo hizo porque ella tenía la culpa, pues de no haberle pegado a la madrastra que la maltrataba, mi abuelo no habria tenido pretextos para hacer lo que hacia con ella.
Mi abuelo se podría haber ido a la mierda, provoco que mi madre me pariera en el suelo de un viejo granero.
Cuando murió el abuelo, mi madre lo quería enterrar al pie de su viejo mezquite, le dije que lo mejor era llevarlo al panteón dónde amontonan una tumba sobre de otra y luego olvidarse de él.
A veces creo que mi madre no tenía memoria ni capacidad para odiar y le gustaba ver el mundo desde un punto casi imposible, como si lo peor de las cosas estuvieran reservadas para ella y no fuera posible quejarse porque ese fue el mundo que le toco vivir.
La voz de mi madre
enero 14, 2020 por Carlos Efron Mur
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