En la ciudad, de pequeños recorridos y millones de habitantes, descubrí que muchos de mis sueños se convirtieron en imposibles, alguna veces por no tener dinero y otras porque yo no quería comerciar con ellas. Historias de mis tristes aventuras, eso fue lo que tuve, las más afortunadas las olvide
Archive for 30 junio 2012
El sabor de la ciudad
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged Otra vez aquí on junio 30, 2012| 4 Comments »
Poemas
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged Poemas on junio 27, 2012| 3 Comments »
Por más poemas que escriba, es imposible silenciar sus armas.
Nada logra detener esa repetición continúa entre el tormento placer de la tortura de esos cuerpos que pierden sus cabezas y de aquellos que se quedan en sus casas por el temor absoluto de perderlas.
Por más poemas que escriba, esta repetición de la tortura y la muerte hacen imposible silenciar sus armas
Mezclas
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged ella y tú, Mezclas, SUEÑOS on junio 22, 2012| 6 Comments »
Dolor, desvelo, crepitación; tanto le hable a mi mujer de tu existencia que soñó con que la querías besar, pero hablabas tanto y sabias de todo que ella te dijo: por favor dame un tópico para saber de que demonios hablas. Incapacidad, desgarro de los tendones; ella estaba a la orilla de un gran lago y cada que te acercabas, sentía que iba a caer, sin embargo tú insistías en quererla besar, mientras tanto en tu vida diaria, la que juzgas como real, hiciste la oferta para la casa que tanto te gustaba. Ortejo, reducción abierta, quirofano, anestesiologo, auditorios, cistogramas, sueños. Quién demonios, me robo la magia
Para ella…quizá
Posted in A la hora de amar, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged de sexo nada, esos ojos, estas ganas locas, para ella, perdición on junio 19, 2012| 4 Comments »
mirar a tus ojos y saber que en alguna parte del tiempo
se perdió la oportunidad de descubrir el otro encanto,
mirar y saber que nos hemos perdido, que nada es como
imaginamos, que los rostros dicen otra cosa,
pero que los ojos no mienten, que son transparentes
como el agua, como el río, como la sonrisa disimulada
como el hecho de que este tiempo pasa y tu cuerpo
desnudo se sigue negando a mis manos
a mis besos a este orgasmo tan postergado
sentir tu presencia y tu voz que me cuentas esas historias
a trazos, con pinceladas burdas, con tus caprichos
con tu necedad de que todos los hombres traemos
el mismo cuento, las mismas ganas, el mismo deseo
el mismo sueño, la misma muerte de tu ropa debajo
de sus camas, y cada noche te llamo, te advierto
que te quiero en mis brazos, en mi cuerpo desnudo
en esta carne que de tanto ver pasar los minutos
morirá en unos cuantos años y tú con tu voz
con tu historia, con tus groserías haces de mí
un ser ultrajado, un sueño
ver el día contigo y sin ti, con estas ganas casi lubricas
que a veces es más un símbolo que una grosería
que a veces es más deseo que pasión
que a veces es más tristeza que música
que no es otra cosa que no se ha dicho
y tú, huyes, te escondes, pero no te doblegas e insistes
que todos los hombres somos iguales, siempre con el mismo cuento
estos deseos casi lúbricos, y la muerte que me vence de sueño
y tu poesía que es ese andar, esa risa, esos golpecitos
ese acompáñame a ningún lugar
ese quiero que esté a mi lado sin estar
ese oro de este pobre que se sueña inmortal
inmoral y que se pierde en los olores de tu cuerpo
que no logro desnudarlo y luego tus ojos
ay tus ojos que me tienen atrapado
a veces en las tardes emprendo un viaje, no importa
si tiene regreso o si soy hechizado por ese canto que escondes
para tus amantes preferidos o para la eternidad que te prometes
a veces tu cara me parece tan cotidiana, tan de la rutina
que no me explico a dónde demonios se ha ido todo la seguridad
que de mí tenía, luego brota el silencio y la tibia leche
que sale de tu seno, que revela nuestra suerte
nuestra historia vista desde el fondo de un espejo
pasan todos estos días, la oportunidad se esfuma, te defiendes
de todos, con todos y besas al primero sino es que al único
que se entrega a tus caprichos y llega la hora en que este ardor es interminable
humilde, arte, y lloró, pero no de amor, sino de ganas
ganas por desnudarte el cuerpo y escribir en tu alma
y eso no es otra cosa que mi humilde sueño que nos
revela nuestra propia cara, nuestra propia esperanza
aunque la de cada uno sea diferente a la del otro
Realidad
Posted in A la hora de amar, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged a veces balas, a veces muertes, realidad, ruidos de balas on junio 19, 2012| 2 Comments »
también un disparo que parece interminable
que pasa y queda en la carne de uno mismo
soy un amante inconstante, que no es lo mismo
a ser el otro, el que tú tanto amas
y eso es algo interminable
como las balas que me despiertan
en las madrugadas
para reanudar estas ganas
de sentir tu cuerpo desnudo
a mi lado y sin embargo
siento el cuerpo caliente
y una voz a lo lejos
que me grita
¡No te vayas!, ¡no!, aún no es el momento
y el olor a pólvora que es inagotable
cuentan que son los mejores, que disparan al por mayor
que no son prodigios de la escritura
ni de los viajes, ni de las mujeres sudadas
que recorren las calles, en busca de sueños
y de olvidar sus llantos, ellos no son otra cosa
que un arma pegada al cuerpo
al deseo, a la voluntad, un arma que se
dispara ante cualquier provocación,
ellos son los que nos humillan a diario,
nos hacen agachar la cabeza, perder el control
doblegarnos, cederles el paso,
salir a la calle con miedo, esperar lo peor,
ellos no son otra cosa que el humilde
servidor del crimen, los esclavos de la muerte
que hacen el trabajo por ella, que cobran
billetes verdes que huelen a dolor
y no son prodigios, no son eternidad
son parte del mismo polvo
e igual se mueren por casualidad,
así nomás, porque a alguien
se le ocurrió disparar un arma
y les atravesó el cuerpo
ver la muerte no es un sueño, no es el ocaso
es apenas un triste acto, una noticia tan cotidiana
como el mismo amanecer, como la pobreza,
como la cara de cualquier candidato, como la voz
que nos atraganta a diario de historias que no cuentan
nada, pero que todo mundo quiere ver
y a veces, ni siquiera es eso, ni siquiera
es la interminable memoria que nos repite:
en algún lado yo te vi,
de algún lugar te conozco
el ruido de la bala disparada no es un símbolo
a veces es muerte, a veces estalla-miento de vísceras,
a veces esta poesía tan pobre que carece de sentido
y nos revela ante nuestra cara, que del otro lado
no hay un espejo, sino esa cosa que llaman realidad
tú o donde demonios quede yo
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged donde quede yo, Tú, Toda tú on junio 15, 2012| 5 Comments »
tú,
toda boca,
todo gozo
todo cuerpo que provoca
que toca y te devuelve al suelo;
tú,
todo instante en que muerdes,
en que provocas, evocas
transformas;
tú,
toda boca,
toda tú en este gozo
tu cuerpo,
la riña callejera,
la mirada que alienta,
el sonido quemante de la metralla
y de nuevo el instante
en que tu boca me toca,
soy arena de tu desierto,
soy tus dientes,
soy la medula donde me sientes,
toda tú en este cuerpo
que presiente:
la tierra, el regreso,
el egreso, laa balas que nos detienen,
el miedo que nos encierra,
que nos aleja de estas calles ardientes,
tú.
toda tú, en esa
increíble estrechez
de tus piernas
tú
simplente toda tú
El poder de un arma V
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, NOVELAS EN TRES LINEAS, RELATOS, tagged el poder de un arma on junio 14, 2012| 5 Comments »
Me llamaban algunas veces del trabajo, después de la media noche y yo tenía que salir, casi siempre iba muerto del miedo, fue por eso que compré el arma. En un principio, antes de venirme a esta ciudad, era mecánico, arreglaba casi cualquier cosa, los motores eran para mí un tema interminable, pero las cosas cambian, por ejemplo: nunca imagine que tendría que llevar un arma conmigo para sentirme tranquilo.
El poder de un arma IV
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged el poder de un arma on junio 14, 2012| 4 Comments »
Ella era una mujer hermosa, 20 años menor que Alejandro. Tenía la cara simétrica, bonita, daba gusto verla. Había pasado por todo tipo de pruebas, cuando estaba en el internado de traumatología, sufrió la marginación de sus compañeros, pero con el tiempo eso la había hecho una mujer fuerte y decidida, su miedo se le acabo apenas, comenzó a ganar dinero. Le habría gustado ser libre, andar por la calle como lo hacían los hippies, desde luego que no había vivido esos momentos de forma directa. Ella tenía un cuerpo perfecto.
El poder de un arma III
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged el poder de un arma on junio 14, 2012| 3 Comments »
Claus, nos dijo que su primer matrimonio fue un fracaso porque el hombre con el que vivía tenía cierto gusto por las drogas y la vida nocturna, ella lo quería tanto, que incluso habría dado la vida por él. Alejandro sonrió sarcásticamente, luego volteo la cara y siguió tomando su bebida. El güisqui, aunque no era de lo mejor, tenía su fama de ser bueno. Claus lo miró. Y después dijo:
—Ese pendejo un día se drogo tanto que estuvo a punto de darme una paliza; fue la última vez que vivimos juntos. En cuanto lo intentó, lo derribe y lo jale por los tobillos por toda la casa, él no dejaba de gritar que me quería, luego se puso mal. ¿Qué se puede hacer con un hombre así? El caso es que se puso pálido y luego empezó a gritar que se le salía el corazón, que lo llevara al médico, que tenían que ponerle algo, que esa noche había consumido tanto polvo, que me diera prisa, porque si no lo iba a lamentar. Ella se vio las manos y se llevo el trago a la boca, suspiro pausadamente y agrego:
—Ese día me entere que ese cabrón trabajaba con la maña, que todas las noches salía hacer su ronda y que estaba muy feliz de hacerlo, lo mande a la mierda.
El poder de un arma II
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged el poder de un arma on junio 14, 2012| 2 Comments »
Alejandro, creía que el hilo negro de este asunto, no estaba en legalizar el consumo de las drogas, que el verdadero problema no era la pobreza de la gente que se pone a trabajar con la mafia, que lo que estaba sucediendo al parecer era algo más bien espiritual, pues los “guercos”, ya tenían una Santa a la que encomendaban sus almas cada vez que salían a las calles a tirar balazos sin ton ni son. A lo pendejo pues. Él, Alejandro había estudiado por más de diez años su especialidad. En un principio, pensó que lo más fácil era olvidarse del estudio y convertirse en seminarista, con ello tendría un techo y no tendría que pensar en nada, luego pensó que a nadie le viene mal el dinero fácil. Quería formar su propio célula criminal. Desde luego que la mafia siempre ha existido, solo que antes tenía un camuflaje extraño, ya que todo mundo los podía ver, pero nadie hablaba de ellos, algunos dicen que eso era producto de los acuerdos políticos que sostenían con el partido en el poder. Financiamiento de campañas, y desde luego alguna cuota mensual, pero todo lo que se dice desde hace ya mucho tiempo, termina por convertirse en rumor.