Primero pensé que las deudas se pagaban solas, ya sé que eso es ingenuo, pero por alguna razón lo pensé o lo que es lo mismo me olvide de pagarlas, luego me entro pánico, supuse que me privarían de la libertad y me dio por huir, no importaba el lugar a donde pudiera ir, el caso era huir y empezar una vida al margen de todo, desde la orilla, como asomando a mi propio precipicio. Salí del país y conseguí un trabajo, desde luego que un trabajo de orillero, de los que nadie quiere y de pobre o jodido no saldría nunca. No tenía tardes o noches libres y las mañanas las usaba para dormir. Me enamore de una gitana pero su padre me amenazo con cortarme el cuello si me le acercaba una vez más. Estaba enamorado pero no tenía ganas de perder el pellejo, así que le dije a la gitana que si quería algo conmigo, tendría que huir de su familia, de otra forma tendría que empezar a olvidarme, ella no estaba del todo enamorada, eso creo, pero mientras yo le decía eso, ella se bajo las braguitas y me dijo que si lo que me estaba enseñando no valía la pena como para apostar la vida por ello, ya podría ir olvidándola, yo me quite toda la ropa. El cuchillo del padre era grande y amenazante, pero eso no me importo. Con el tiempo uno se olvido del otro y supongo que viceversa, no lo sé.
Con el tiempo regresé al país. Aquí la constante es el tiempo, como en casi todo.
Conseguí un trabajo donde tampoco tenía tiempo libre los fines de semana y mucho menos en las noches. Lo de la gitana ya estaba olvidado y las amenazas por si te enamorabas de la mujer equivocada seguía en pie, es decir, en el nuevo lugar el orden se seguía según el poder de las armas de fuego y al parecer hasta el más perezoso era capaz de portar un arma y hacer lo que s ele viniera en gana, las mujeres ajenas estaban prohibidas y las no ajenas y todas las mujeres en realidad. El trabajo no era malo si considero que no había nada que hacer, es decir un lugar donde no se puede interactuar con las mujeres es un lugar muerto, un sitio donde no vale la pena vivir y lo mejor es huir. Yo, ya estaba cansado de huir, así que tenía un par de alternativas, la primera era acostúmbrame a la vida de viejo y solo, para esto no importa le orden y la otra era atreverme, vivir a salto de mata, como quien dice cazando a las chicas que se sentían traicionadas por sus novios o amantes matones y entonces, zas, caerles y lo que sigue no hace falta describirlo, hombre que busca mujer y estas historias que todo mundo conoce a la perfección, había una opción un tanto extraña, por las costumbres del país, pero era una opción en el último de los casos y era que una mujer te buscara y de gustarle el trato, te convirtieras en su hombre preferencial, quizá ese término no existe o no aplica, pero ahora no importa. Desde luego que nadie me escogió, pero tampoco me quede con la opción de ser un viejo solitario. Me arriesgue a jugar con balas, total de lago tendría que morir. El no tener días libres lo complicaba todo, sin embargo me di mis mañas y sucedía todo el tiempo, no había noche que me fuera solo a la cama.
Fue un sábado cuando hable con Laura, no Laura Blake, solo Laura.
No tenía prisa por volver al hospital, no estaba enfermo, el hospital es el sitio donde trabajo. Le dije a Laura que tendríamos que buscar un departamento para los dos, tenía que alejarme del lugar donde vivía, la cosa estaba tan complicada y todo mundo se enteraba de mis aventuras, yo no quería que ella quedara con una mala idea acerca de mi comportamiento, por otro lado estaba la situación de lo peligroso que resultaba el lugar por las noches, aunque yo nunca estaba de noche en casa, trabajaba. No me gustaban tantas cosas y podría pasar todo el tiempo jodiendo, pero me habían dicho que eso era algo enfermizo y no quería espantar a Laura, aún no. estaba tan jodido que no podía darme lujos. Yo pedía dinero prestado de forma automática y cometí el error de pedirles a unos amigos, ellos no veían nada extraño en mí y cometieron el error de prestarme. Comencé a faltar al trabajo. Laura no trabajaba y entonces nos pasábamos todo el día jodiendo, hasta que llego el momento de pagar y me fue imposible, en el trabajo me pusieron un ultimátum y como no lograba cumplir con todas las horas necesarias de mi jornada me ofrecieron un trato: trabajaría solo en los momentos que el hospital tuviera necesidad de mis servicios, no tendría un sueldo y como yo estaba jodidamente perdido en cuanto al dinero, no tuve más opción que decir que si, de tener un dinero de vez en cuando a nada, la opción de tener algo de vez en cuando me pareció lo mejor. Me fue de la chingada, seguía siendo un jodido y por si fuera poco ahora tenía que alimentar a Laura.
Un día me pregunte: y si me volviera narco, lo cual era imposible, ya está bien pinche viejo para esos trotes. Mientras yo veía como la vida se nos iba por el túnel entre las piernas de Laura, pensé que pronto podría irme mejor, estaba escribiendo una novela y si lograba publicarla, tal vez tendría unos cuantos pesos para pasar las próximas semanas. Me rasque las axilas y antes de acostarme, bebí un trago y no dejaba de reírme, seguro había para mí algo mejor solo tendría que dormir, porque ese algo mejor me estaba esperando al amanecer.
¿Qué cuanto debía?, ya ni me acuerdo, pero podría haber comprado casi cualquier cosa, un Mercedes por ejemplo.
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