En ocasiones pienso que es imposible encontrar un día lleno de rutinas, a diario algo me sorprende, algo que me roba un posible aburrimiento y entonces crecen los complejos laberintos del mundo narrativo, el complejo mundo donde se abre una puerta que nos permite entrar a la intimidad de todos esos personajes que se gestan dentro del imaginario un tanto laberintico mundo del creador.
Una historia parece ir en el camino constructivo más adecuado, sin embargo basta que se genere una pequeña grieta para que esa historia nos confunda, nos pierda y su conclusión nunca se logre. Coronar es el fin, toda historia, con su entorno, trata de encontrar su conclusión y con ello empezar a manifestarse en el otro imaginario, en el colectivo. Rutina y aburrimiento debe ser esa una mezcla fatal. La novela, después de todo se sigue construyendo, pero sus cambios, me hacen suponer que ya es ahora otra novela, otra historia y no me di cuenta en que momento se dio el cambio, al parecer su solidez se fundamentaba en una pequeña grieta que conforme pasaba el tiempo, ocasiono las consecuencias que no me habría esperado.
En ocasiones, pienso que es imposible dejarse contagiar por las situaciones del entorno y creo que si uno no le da importancia, las crisis de miedo se van a extinguir, a veces pienso que si nos dejamos llevar por las cosas del entorno, nuestras historias se pueden ver contaminadas.
Read Full Post »