El silencio se apodero de mi en los últimos días. Todo fue repentino, una tarde, una chica, una sonrisa, una herida y la explosión necesaria que surge con el recuerdo. La memoria cuando se incendia no hay nada humano que la controle, que la apague. La memoria es una maravilla, el silencio es en mí esa lenta agonía que me convierte en esclavo de absurdos deseos. Pues bien te decía de una chica y una herida, la cosa es simple conocí a una chica que tenía una herida que le dividia el rostro, le cruzaba los labios y rozaba la parte izquierda de su nariz, aunque rozar es decir poco. La conocí hace un tiempo y estaba olvidada en esta memoria quebradiza, pero hace unos días la volví a encontrar, no me fije en sus caderas, ni en sus senos, ella es la chica cuyos senos tienen ese sabor a hierbabuena, pero no me fije en las cosas que todo mundo suele observar cuando se encuentra con una chica, yo me fije en su cara, en esa cara dividida, y en esos ojos que durante mucho tiempo me mantuvieron perdido de este mundo. La chica me jura que nunca antes me ha visto y yo le describo el pequeño lunar que tiene por debajo del ombligo y también la hablo de otra cicatriz que tiene en la cadera y el tatuaje que se anida entre sus muslos, tatuaje que llego hasta ese lugar representando cada uno sentía por el otro, ella me dice que todo eso es cierto, pero que por desgracia no me conoce y eso me desconcierta y mi mundo se empieza a caer, supongo en ese instante que la he conocido en un sueño o dentro de un sueño, sueño que he soñado a una chica con todas las caracteristicas que he dicho antes. El caso es que me perdí y las largas ausencias me duelen mucho. En estos días no he hecho gran cosa, me mantuve atrapado entre el cansancio y el sueño, quizá por eso tanto silencio.
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Todo este silencio
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged cicatrices, mujer perecta, silencio on julio 28, 2013| 7 Comments »
Silencio, soledad, sentidos
Posted in NaPoWriMo, poesía, RELATOS, tagged NaPoWriMo, POESIA, prosa, RELATOS, sentidos, silencio, SOLEDAD on abril 30, 2013| 28 Comments »
¿Acaso sabes lo que es el silencio?
en ocasiones muerte y en otras miedo
casi nunca es un eco de tu alegría
el silencio es negro
es ruido apagado
es esta absurda melancolía
es un llamado a la muerte
es el vino con el que me acaricia el olvido
las palabras se suicidan, se agotan
el silencio llega
te acaricia
te invade
tú lloras mientras yo he callado,
al menos es lo que supongo
tú alimentas el miedo
hacia esa soledad que te espera
y yo estoy perdido
en ese lugar desconocido
ese lugar oscuro, apagado
melancólico y triste
tú te abrazas
y yo, yo solo siento frío
tú que debajo de las sabanas eres fuego
que gimes, que te quejas, que disfrutas
de tu cuerpo, tú que eres más suave que la noche
y más intensa que el olvido
tú que a la necesidad de este silencio
le pones un tiempo, un ultimátum
un hasta aquí, un hasta luego
y yo que voy danzando en el fuego
alguien nos atormenta con su inocencia
alguien nos dice que vamos arder en el fuego eterno
y yo los he perseguido siempre
a veces con una cuerda en el bolsillo
otras veces con un cuchillo en mano
que escondo entre mis atuendos
y mis sonidos que se han apagado
y mis ruidos que no me dicen
que hacemos
extraño el color y el sabor de la infancia
pero sobre extraño esos ruidos, esos gritos
esa inocencia que se quedando en
ese lugar que no existe, en ese lugar
invadido por la furia de mi sangre
¿y el cielo?
soledad, encierro, descuido,
Vocación malograda del poeta: telarañas
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged escritor que no escribe nada, ninfas, sexo y poder, silencio, tetas, Vocación malograda del poeta: telarañas on marzo 17, 2013| 7 Comments »
Vestido rojo. Axilas. Paraíso. Muerte por intoxicación de balas. Diosas blancas. Dioses barbados. Morenas de pelos ensortijados. Raptos. Sabotajes. Hierba. Mala hierba. Tetas con que amamantan. Niños farsantes. Quizá escribo de todas esas perversiones porque dentro de mí existe ese impulso, esas ganas reprimidas, ese algo que lo hace interesante, ese deseo por vivir dentro de la delincuencia o quizá es que nada de ello me importa, pero por alguna razón escribo de ello tan a menudo y pienso porque no se hacer otra cosa, que todo eso habita en mi cabeza. Axilas oscuras. Vestidos blancos. Reinas rojas. Infierno. Muerte por intoxicación de maldad. Dioses prietos, lampiños. Güeras con pelos húmedos. Saqueos. Polvo blanco. Mala hierba. Mala hora. Tetas que nunca amamantan niños. Niños informantes. Armas. Celos. Mujeres pelirrojas. Hombres calvos. Ninfas. Perversión. Santidad. Sonidos. Silencio. Tardes calientes donde las mujeres deambulan por la casa y una u otra amante me grita con ansiedad, y con el sudor que le escurre por la teta, sudor que sabe a menta, sudor que le llega hasta el ombligo, y no deja de gritar: vente ya; y las erecciones se vuelven más dolorosas.
Las voces en este silencio
Posted in NOVELAS EN TRES LINEAS, RELATOS, tagged creer en Dios, Facilidad esa extraña palabra, silencio, voces on enero 22, 2013| 15 Comments »
A veces creo que todo sería más fácil si yo creyera en Dios. Pero me gusta lo complejo.
El aire
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged Aire, POESIA, silencio on diciembre 31, 2012| 1 Comment »
Te susurro al oído
quizá
la poesía
más aspera
más hipocrita
más desposeída
de ti, de mí
de ambos
y tú, a cambio
me regalas
el silencio.
NO LO HAGAS
Posted in A la hora de amar, Después del sexo, Historias de a pie, Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, tagged AMANTES, AMOR, intento de poesía, NO LO HAGAS, pasión, silencio, UNO MÁS on mayo 30, 2012| 8 Comments »
NO LO HAGAS
Carlos,
ellos no tienen porque saber,
que me gusta hacer el amor en la oscuridad,
no lo hagas fácil,
no dejes que el beso de hoy,
sea el recuerdo del mañana y
en esa nada
solo reine el silencio entre los dos,
Carlos,
no sé que va a suceder,
si después de mañana nada,
si el sabor a ti se vuelve abstracto,
complejo, ajeno de lo que recuerdo,
de lo que siento,
no lo sé,
pero tú no lo hagas,
no le cuentes a nadie
lo que me gusta hacer
en esa oscuridad cómplice,
donde mi cuerpo danza,
no lo hagas,
al menos no en domingo,
porque los lunes
son siempre complicados y
quién sabe que va a suceder
Carlos,
pasaría la noche contigo
vencería tus caprichos
tus deseos, tus ganas
de mi sexo, tu sexo en el mío,
vencería a tu boca
la llenaría de todo, de
rezos
esfuerzos
y santos bendiciendo tus actos
vendrás
yo se que vendrás
y las luces se apagaran,
solo entonces
se calmaran tus penas
tus deseos
tu melancólico suspirar
Carlos,
no quiero amor de día
no quiero fiestas de bodas
ni separaciones fortuitas,
ajenas o dolorosas,
no lo hagas, no hagas
que me quite la ropa
y tú seas un tonto
que camina seguro hasta mí,
no lo hagas
si es necesario
miente, resiste al deseo
y si te parece imposible
entonces
es el momento
de matarte, amarte en Marte
amor por la noche, a cuenta gotas
es lo que quiero,
no deseo amor de día,
Carlos,
el amor de día
me provoca
rezos
silencio
soledad
gritos
y ellos,
ellos no tienen
porque saberlo,
no lo hagas
La soledad de las cosas
Posted in Historias sin fin, Las apariencias engañan, Lo demás es silencio, RELATOS, Una foto y la memoria imposible, tagged consumismo, cosas, la soledad de las cosas, silencio, tristeza on enero 21, 2012| Leave a Comment »
Todos hemos pasado por ese lugar, no nos importa si un día algo de esa puerta se va a caer, no nos interesan otras historias que no estén contenidas en los centros comerciales y su supuestas ofertas: meses sin intereses o te bonificamos tres mensualidades, nos interesan las historias de las comidas rápidas y los sueños que un seductor nos regala con su cine comercial, nos interesa el programa de un pornógrafo, las aventuras rápidas y precisas, no pensamos en el amor eterno, a veces ya ni creemos en el, buscamos sexo ocasional, que alguien nos dé la oportunidad de descargar todas nuestras pasiones y sobre todo frustraciones, luego, cuando ya nos hemos cansado nos escondemos, ya sea en las paredes de nuestra casa, o debajo de la cama, nos gana la incertidumbre y la depresión. Lo más fácil es perdernos, que nadie nos vea, lo más fácil es cerrar la puerta sin decir nada y no volver nunca más, pero eso suele tornarse de lo más difícil. No existe la dirección correcta para nadie, todo está en lo que deseamos hacer y hacemos o eso es lo que quiero creer.