Mis días de trabajo

Todos estos años me he considerado un escritor en ciernes, a veces pienso que no me interesa la mercadotecnia alrededor de los escritores y supongo que escribir es un lugar feliz donde lo que menos importa es vender, por alguna razón escribir y vender son parte importante en la vida de un escritor o eso me parece. Lo que creo importante es estar enterado de todo, ser de alguna manera amante de todo tipo de historias y poner el oído donde a uno no lo llaman, en otras palabras ser un tanto chismoso y tener habilidades natas para jugar a que eres detective y hacer razonamientos elementales de lo que puede o no estar sucediendo cuando escuchas una historia que tal vez no deberías escuchar pero que «accidentalmente» llega a tus oídos. Supongo que decir escritor en ciernes es una manera jodida de decir que no he terminado mi proyecto y que cada vez se va alejando más porque he dejado que otras historias se alijen en mis pensamientos diarios. Despierto a las 5 de la mañana y parece que tengo una resaca imposible de soportar, supongo que algunos soportan las resacas como si nada. Luego voy a mi cuarto-estudio e intento escribir. Al principio logro unas cuantas cuartillas, pero después de un tiempo me dan ganas de salir y escuchar lo que la gente trae y cuenta, aunque muchas veces el tema cuando se trata de amigos es repetitivo, como si la sociedad nos obligara a repetirnos eternamente, quizá sea un vicio que todos tenemos. Escribir es mi vida, la verdad es que no importa si algún día logro vender algo de lo que hago, aunque si me gustaría ver impresa alguna de mis historias, hablo de vender porque cuando llevas algunos meses sin trabajar sabes que tienes que vivir de algo y entonces te revuelcas en tus ideas y crees que una u otra valen la pena para intentar vivir de ellas, aunque todo mundo dice que no se puede vivir de escribir, supongo que dentro de ese proceso creativo más economía, estoy en el punto donde no se puede vivir de escribir. El problema en realidad es que no me tengo la confianza como para decir que algo, alguna parte mínima de lo que escribo podría publicarse y mucho menos venderse, creo que me hace falta mucho argumento teórico que me ayude a sustentar mis historias. Tan solo supongo.