Jodeme

Pocas veces tomo distancia de todas las cosas que nos afectan a diario, a veces siento cierto resentimiento con todo mundo porque no trabajamos juntos para cambiar las cosas, pero desde luego que el trabajo en equipo es una rara enfermedad y que muy pocos padecen. Así que después de mucho tiempo de darle vuelta en la cabeza y de entender que si quiero hacer literatura, no es con los temas de este norte, ni con los temas que tienen que ver con una desgastada guerra contra el narco o contra lo que sea y que lo único que nos hace tanta delincuencia, es convertirnos en unos hijos de puta capaces de matar a nuestras madres o hermanos, digamos que es algo que no vale la pena y que seguir en ello solo va a logar desgastarnos más, sobre todo a mí. Así que he querido retomar viejas ideas, viejas historias, la de la gordita a estas alturas ya es imposible porque alguien se me adelanto o quizá fui dejando muchas pistas y mientras me lo pensaba, pues ella lo hizo, escribió su historia. A veces pienso en escribir acerca de la melancolía, pero creo que me va a deprimir, pienso en las historias de hombres y mujeres que no están casados pero que han vivido juntos lo más apasionante de sus vidas, pero eso suena cansado y hasta aburrido, qué significa todo esto, es simple, creo que son muchos años inmerso en una cultura que no da para mucho, una cultura de terror y cuando pienso en algo siempre hay disparos, hay secuestros, hay muertos, hay gente fuera de la ley y las historias son casi todas mediocres, a menos de que uno se aferre con fuerza a la historia de los que andan a pie, de los que han perdido a un ser querido o de los que no pueden pagar las cuentas para terminar el mes y se resignan y toman un arma y le disparan a todo lo que se mueve y quizá solo así encuentren el sosiego de sus penas, a veces creo que la gente se hace o se convierte en narco no por el dinero sino porque la vida se van rapidita y porque ellos los que se convierten ya no aguantan su infierno. Trabajar es como haber caído mil veces en el fracaso. A veces termino cansado y me doy cuenta de que tengo que dormir, pero es difícil dejar de pensar.