La simple idea de ser traicionado por los que te rodean me produce una rara especie de asco y en ocasiones no me deja pensar claro, no me deja comer, ni reír y ni quw decir de los sueños. Supongo que esas personas, las que desayunan traiciones, duermen como si nada, pero lo que nadie sabe y estoy seguro de que es así, que cuando intentan hacer el amor, de su boca sale un olor a mierda y lo único que logran es engañarse con esa idea absurda de la vida feliz e ideal
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