Podría asaltarte
Todo el tiempo veo a las mujeres que van de un lado a otro. Abandonan esta miserable ciudad, unas cruzan por el río, no usan el puente y lo intentan dos o tres veces en un día, otras hacen largas colas y se vuelven invisibles durante un tiempo.
Unos tipos recorren la ciudad y te dicen, oye, tienes que repartir tus ganancias.
Me dan ganas de córtales los huevos, pero también me da miedo, a todo mundo le da miedo cuando hablan con estos tipos, no es por su tamaño, ni el tono de sus voces, sino por las armas que portan, algunos de ellos incluso usan uniformes.
En silencio, respondo, jode a tu madre.
Se bajan de las camionetas, te observan, te piden algunos datos, luego usan un tono que aún no logro descifrar, pero parece que te amenazan o te suplican: tienes que compartir tus ganancias, no hay de otra.
Vuelvo en responder en silencio, jode a tu madre.
Intento adivinar cómo son sus rostros. Sus ojos no tienen brillo. Parecen perros rabiosos; luego viene la noche, supongo que el dinero que nos han quitado, se lo entregan a sus mujeres y dejan un poco para sus putas. Sus mujeres que durante el día se pasean en autos lujosos o van de compras al otro lado, para el resto, los que ahora llamo nosotros, cuando llega la noche, sentimos alivio porque al fin estamos escondidos en un rincón de la casa, alivio casi agónico porque entre la noche y el día no hay tanto espacio.
Los tipos recorren la ciudad y juran que están cuidando de nosotros.
Joder… Eso si es un asunto chungo. Entiendo que se lo quiten a uno las ganas de vivir… Un beso, si?
Uno solo? Muchos veces para ti
Desgarradora crónica de como acorralar, cercando la vida ajena.
Digamos que ya se puede considerar como usos y costumbres