Todos los días tenía ganas de perderme entre sus muslos y sus caderas. A ella no le crecen las nalgas cuando engorda. Tenía ganas de llevármela a la playa, pero todo mundo nos conoce y no era la mejor idea. No estábamos haciendo nada mal y en ocasiones llegue a pensar que ese era el gran problema, porque de hacer las cosas mal, lo nuestro seria más emocionante y lleno de peligro, a mí siempre me ha gustado el peligro y a ella la seguridad con lo que tiene.
Quería agarrarla por la espalda y besarla lenta y largamente, para que el placer nos durara toda la vida y una noche más.
Estaba de nuevo con la molestia en la garganta, una tosecita que no se quitaba con nada, llegue a pensar en una enfermedad complicada, tal vez un cáncer terminal y supuse que me quedaban unos meses de vida, también pensé que estaba exagerando y consideré un infección, algo simple, así que decidí inyectarme una dosis de antibióticos y creí que con eso bastaría, pero nada. Unos días más tarde, llegue a creer que todo el problema era gracias al reflujo y sentí la necesidad de tener que controlar mis males, no era algo fácil. No había podido dejar el iphone5, lejos de mis dedos y el calor no se iba del todo, eso sin contar que después de la última lluvia, la ciudad se había llenado de mosquitos y era inevitable no pensar en las complicaciones que con eso viene. Tal vez mi tos era por culpa de los moscos. Tenía muchas ganas de tomarme un whisky, pero mi gastritis, me la estaba cobrando muy caro.
Yo continuaba pensando en su espalda y en la intensa pasión sexual que de ella se desprendía.
No me estaba muriendo de cáncer, pero si me moría de ganas.
Cuando ella sube de peso, se pone más hermosa. La puerta se abrió y salí disparado, si me entretenía un segundo, los moscos acabarían por ponerme de malas y seguramente sus piquetes tendrían alguna consecuencia, la tos no se quería quitar, pero yo no tenía ganas de perder el tiempo e consultas y en tomar medicamentos extraños, así que me aguante todo el tiempo que fue posible, después abrí la puerta de la casa, respire profundo y pensé en su cabellos, estaba claro, ya nunca podría escapar de ella y mi vida ahora tenía otro sentido.
Cuando descubrimos nuestros verdaderos sentimientos, no hay ningún mal ni enfermedad que pueda pararlos. Un abrazo Carlos
un abrazo querida…
Hoy me ha gustado especialmente el primer párrafo… Un beso.
a veces la primera línea lo es todo…te beso con toda esta distancia querida