Es cansado tener que esconderse, procurando en todo momento no ser visto, de so hablaba ella, cuando me dijo que no deseaba esconderse de nadie. Guardar un secreto es mucho más difícil aún; un día sin querer los secretos brotan de tu boca y tus amigos no hacen otra cosa que reír y repetirte una y mil veces la misma frase: ¡No lo puedo creer!
Lo había hecho, había inventado para ella una historia compleja, una historia como si ambos la hubiéramos vivido, una historia con todos los detalles, luego cuando viene a otra mujer más nueva, se le cuentan todas esas cosas, dejando las que parecen pequeñas, pues en ellas siempre están las que no nos benefician y es fácil dejar al descubierto las mentiras que nos hemos inventado. No siempre se ocultan las cosas, no importa el tamaño del miedo. Durante mucho tiempo yo había fantaseado con ella, ahora que ya es una realidad, hay días en que no se qué vamos hacer y dejo que el silencio me trague, como si nunca hubiera existido.
Mi pensamiento es otro y no hay día que no esté como loco buscando sus brazos.
También Abril había dudado de nuestra historia, había tanteado el terreno y no tenía mucho sentido arriesgarse a perderlo todo cuando un hombre casado (ese era yo), le dice que pase lo que pase no va abandonar a su esposa, Abril no estaba dispuesta a perder a su marido, pero quería tener claro que podía esperar. A veces las acciones parecen guiarnos a un solo camino, sexo y más sexo como motivo único de una relación. En mi caso no era así. Abril ya había mentido una vez y estaba dispuesta a seguir mintiendo, esta situación la emocionaba y llenaba de sentido su vida y no es que su vida no tuviera sentido, lo que en realidad le hacía falta era sentir eso que algunos suelen llamar pasión, no importa que los recuerdos más intensos y bonitos son y serán siempre, a lado de su esposo, en ese gran día como a ella le da por llamarlo. Le pedí que vistiera toda de negro para la próxima vez, ella siempre me hacía caso. Lo nuestro fue así, una primera oportunidad que aprovechamos de inmediato, de haberlo pensado nunca habría ocurrido nada.
Yo la busque, yo la deseaba y cuando me dijo que si, estuve a punto de desfallecer.
Ella podría tener de amante a un médico o a un vecino, lo que ella quisiera, pero ella tenía miedo a levantarse sobresaltada a mitad de la noche y confesarlo todo o lo que era peor, que algo maligno se apoderara de ella y entonces que su secreto se rompiera. Yo no le había insistido y tenía tanto o más miedo que ella. Me quede callado contemplando sus piernas. Ella no dejaba de sonreír y fue esa la primera vez en la vida, cuando pensé que algunas veces es necesario decir que no, en ese instante me temía lo peor. Me levante de la cama y antes de irme al baño le dije suavemente y al oído: hoy descubrí que te quiero, ella me dijo: tan solo no me llames amor.
Las cosas habían tomado rumbos insospechados. Con mucho cuidado nos fuimos transformando.
A veces se dicen palabras
que no quieren decir nada,
a veces
quieren decirlo todo
y uno es libre de dejarlas pasar,
simplemente
un te quiero imperceptible
tanto, que parece no haber sido dicho nunca,
un mi amor, impronunciable como un gemido
que negaremos hasta el final
haberlo susurrado.
A veces las historias
se parecen tanto
exasperantemente iguales,
que me siento tan común,
tan vulgar,
como solía juzgar
a los que se sentían
como vos y yo, ahora.
a veces las palabras
lo son todo
rescatan nuestra vulgaridad
y nuestra historia común,
que uno se pregunta si vale
la pena el escribirlas o no,
por suerte y solo a veces
el escribirlas nos hace inmortalizar
ese amor que nos ha susurrado al oído o nos hace
tener un motivo para negar hasta el final de nuestros días;
si eso no es la vida, entonces no quiero ser vulgar y común
como vos y yo ahora
Me gustó muchísimo, siempre le das otra vuelta de tuerca…
Besos.
quizá estaba en el punto donde la vuelta era posible, pero supongo que no siempre fue así
besos
Delicioso!
y no tan adorable como tú….
Los caminos son parecidos, o te sumerges en el remolino o simplemente desapareces en la oscuridad.
mil veces el remolino….abrazos compadre
[…] No quiero dejar de mencionar que fue Carlos Efrón Mur el que inspiró esta entrada. https://despuesdelsexo.wordpress.com/2014/08/26/sueno-poco-profundo-manana-cuando-leas-esto/ […]
te agradezco de corazón…beso que toquen tu alma inquieta