A nadie le importaría nada más que a mí. Te levantas temprano y haces un recuento de las cosas hechas en la semana, el balance como siempre negativo, piensas más en las cosas que dejaste de hacer que las hechas, porque las cosas que ya hiciste no tienen esa importancia que las que aún quedan pendientes: bañar al perro, hablar con la amiga de la vecina que la semana pasada te a guiñado el ojo, terminar la lectura de un libro que habla de poco amor y si de una gran aventura de un investigador que se ve envuelto en un crimen pasional, lo que si hiciste fue: dormir todo el día y ganar un poco de peso, unos cuantos gramos más, eso y comer. Apenas subes la escalera y te das cuenta del peso ganado, pues te agitas, haces unas cuantas flexiones esperando ganar fuerza, pero a estas alturas ya nada de eso sucede. Sales a caminar, pero después de unos cuantos metros te sientes cansado y el mejor pretexto para regresar a casa es que olvidaste el teléfono y alguien podría llamar. También ganaste mucho miedo, pero eso a nadie le importa ya. El caso que una que otra vez logras salir de casa, volteas discretamente para ver a la gente que anda como tú en la calle y observas que a nadie le importa lo que ocurre alrededor y todos se han despersonalizado, van por la calle con un teléfono inteligente en la mano, comen, beben, tienen sexo y trabajan con el teléfono, supongo que también van al baño y su realidad es esa, el teléfono y una visión extraviada de la supuesta realidad que nos rodea. Después del sexo: las mujeres o los hombres se paran de la cama, del piso, de la silla y ya no fuman cigarros o se regalan una intensa plática, ¡ya no!, ahora se reponen leyendo las noticias que otros publican; mientras leen en sus teléfonos se van alejando y no voltean la cabeza , su mirada va fija, pero a nadie le importa, porque caminar, subir una escalera o leer un libro entre otras cosas, son parte de la historia y hacerlo es lo más anticuado del mundo, quien lo hace por necesidad esta perdido y mientras se encuentra prende la radio, lee un poema y sueña con un viaje al centro de la seducción. Pero esto a nadie le importaría nada más que a mí, supongo.
Es la sociedad en la que nos toca vivir y todo el mundo parece cómodo…
Cada vez mas alejados de los afectos..
aún con todos los peligros, para la mayoría de la gente este es un mundo cómodo y deseable….
abrazos para no perder los afectos y el placer por la vida
Esta vida nos da de todo, bueno o menos bueno… Lo importante es ir capeando el temporal..
Apertas agarimosas.
tienes muchas razón…te abrazo querida