Algunos creen que la única salida es la vida de delincuentes, que el dinero fácil lo es todo, no hablo de los hijos de los pobres albañiles o de los olvidados que transitan por las calles buscando que alguien les regale una moneda, es decir si hablo de ellos, pero también de los otros, de los hijos de políticos y de gente influyente, de los que nunca les falto nada, pero lo hacen.
Confusión.
Dios es la confusión más grande. No hay nada más quieto que la muerte, y la v ida que cada uno vive es parte de su necesidad, eso es Dios, una necesidad y es la necesidad de todos. Cuando camino por las calles voy hablando solo, sonrió, y la gente dice: ahí va ese pinche loco. La agonía es la peor de las muertes. Mi pasión me traiciona y me salva, pues los delincuentes cada que me ven, me dejan pasar, me perdonan, y quizá hasta piensan que no hay Dios, porque es imposible la existencia de un Dios injusto. Para mí no hay hombres justos, no hay sueños, no hay amor en nuestros actos, sino la necesidad de tener dinero, mucho dinero y de forma rápida, solo así puedo entender los suicidios.
Siento tener que coincidir contigo. Pero también siento la esperana y no es la barata de algunos filósofos de pacotilla que se hacen millonarios escribiendo libritos de autoayuda ni la de los religiosos. Está en leer a jóvenes como tú, que tienen ojos para ver lo que pasa a su alrededor.
Terrible reflexión, de alguien acorralado.
Hasta pronto.
y lo peor sin tener el corral a la vista
presión presión y más presión
quizá somos una olla de presión y no lo sabemos