Salgo a la terraza, siento el aire aún caliente , ya es casi la madrugada, pero no se deja sentir ese calor al que nos da por llamar infernal, tengo sueño, últimamente tengo sueño y cuando logro cerrar los ojos, no hago otra cosa que soñar con Sandra. Hace mucho tiempo que no bebo y no dejo de pensar en mis amigos, hace más o menos el mismo tiempo que no los veo. Acá en esta frontera la vida se va haciendo más lenta, no hay forma de estar más alegre o más triste, no hay un punto que nos permita ser más violentos o que nos haga llorar o cantar con más intensidad. La noche en esta ciudad es muy peligrosa, los depredadores sexuales salen a las calles y también vienen con ellos una serie de asesinos ocasionales, ladrones, delincuentes que no saben la virtud del oficio, todos se suman y hacen a esta ciudad cada vez más peligrosa e inestable, pero aún con todas esas alarmas la gente sale, se divierte, se amanece, canta, llora, después de todo la vida es un suspiro que nos puede dejar sin nada en cualquier momento. La vida se nos escapa con cada amanecer, la vida es una broma, a veces es un juego melancólico, con muchas ilusiones, la vida es en sí misma esa oportunidad para hacer lo que se nos venga en gana y no esa pesadumbre que muchos presumen con su cara y olor a muerto. Laura Blake me dice que piense bien las cosas antes de darle una respuesta. Me encanta discutir con ella, es un gasto inútil de nuestras vidas, nos repetimos mil veces las mismas cosas, nos hacemos recordar lo que somos y quienes somos en realidad, nunca tenemos una conclusión, hacer una conclusión sería como empezar a morir y de eso no se trata, nos escuchamos, nos decimos argumentos sin sentido pero que según nosotros podemos citar y al final terminamos desnudos, entrelazados en la cama, gritando o gimiendo, diciendo uno al oído del otro, lo tuyo no es otra cosa que un capricho.
Estoy en una edad maldita. Ya no es aquella edad en la que podías soñar de manera indiscreta y sin poner un límite a lo que deseabas, pero tampoco es el punto de esa lenta vejez, es algo que te desespera, en ocasiones ni siquiera es posible orinar a gusto, algo lo interrumpe y tienes que esperar un largo rato para que se reanimen las ganas y hasta eso te resulta cansado que mejor te sientas a esperar a que la orina salga cuando se le da la gana, pero a los cuarenta también descubres que en cualquier momento puedes morir y lo que es peor a todo eso, es que la panza te empieza a crecer y cada vez resulta más complicado mantenerla en forma, en buena forma. A estas alturas la creatividad tiene límites, ya no es igual escribir cada página resulta cansado y muchas veces solo piensas o deseas que llegue el momento de tener una siestas, la vida se volviendo cada vez en una necesidad de siestas, y los recuerdos de los buenos tiempos se te vienen a la cabeza a cada momento, a esta edad es casi seguro que sientes miedo y es ese miedo la razón por la cual aún sigues vivo. Después de esta edad, llegan las limitaciones y asumiremos nuestras culpas y no tendremos más salida que conformarnos. Justo estoy pensando eso cuando Laura Blake explota de nuevo, me dice no tiene sentido todo lo que le digo, que es necesario actuar, que no hay nadie más convencida que ella, que la vida no es una mierda y que mis miedos no se fundamentan y que si yo quiero mover un solo dedo, que a ella eso no le importa y luego sonríe y embiste de nuevo. Yo lo voy a tener contigo o sin ti, me dice, pero prefiero que sea un hijo tuyo maldito Carlos, prefiero que sea tuyo me repite y se suelta a llorar. Yo me quedo inmóvil, no tengo ni puta idea de lo que deseo o voy hacer. Me dan ganas de abrazarla, pero si lo hago, ella lo va a interpretar como un acto compasivo y su reacción será aún peor. Su departamento está a oscuras, unas cuantas luces se filtran entre las cortinas. Yo me acerco a ella por la espalda, su pelo ensortijado tiene un olor peculiar y me excita, me embriaga. No digo nada pero ahora recuerdo a mi familia, a las discusiones de mis padres, parece que todo es la misma pelea y es algo que no me gusta. La abrazo y tengo miedo de verla a los ojos, creo que me voy a quedar petrificado, pienso al mismo tiempo que ella es la Medusa. Tengo miedo que un día Laura Blake me diga que se va a marchar a otro lugar, ella es impulsiva, a veces creo que la esperan en otro sitio, donde ella se siente más a gusto, esta ciudad es un infierno y yo soy uno más de sus demonios. La noche no se apura, y nuestras voces, el sonido de nuestras voces se dejan de oír durante un tiempo; le pongo una mano sobre su ombligo y le susurro al oído: hagámoslo mientras fluyo en ella y entonces ella grita extasiada: bendita locura, no tienes idea de cuánto más te voy a querer.
Durante estos últimos meses las cosas no parecían ir bien. Yo no suelo comprometerme, me gustan las mujeres, sobre todo si no me exigen ese trabajo ingrato que supone una relación que va en ascenso. Esas relaciones viciadas en las que uno debe prosperar, para que no exista un final sino la promesa de una vida acompañada. Desde que perdí a mis mujeres, no tengo en la cabeza otra idea que no sea la de estar solo, la de despertarme todos los días sin que nadie esté a mi lado, es quizá un acto cobarde en el que me protejo para no volver a experimentar esa sensación de soledad y de perdida. No me gusta ser el mártir en ninguna historia, pero el traje de héroe me queda muy grande, me gustan las ciudades, me gusta viajar, me gusta abrazar a las mujeres, olerlas y que pronuncien mi nombre cada vez que entre sus entrañas se asome un orgasmo. Desde que me quede solo, decide que me gustan las mujeres casadas porque ellas no exigen ese trabajo arduo de la larga convivencia.
Mi padre se había casado tres veces cuando conoció a mi madre, en cada uno de sus matrimonios había tenido un hijo. Desde luego que yo fui el último. Cuando conoció a mi madre él pensó: la última, esa era su necesidad de alargar un poquito más el tiempo de su vida, ese tiempo que el necesitaba para olvidarse de su trabajo, de los problemas personales, de todas esas cosas que le quitaban el sueño. Él tenía en ese momento 64 años y parecía conservar la energía y el ánimo para proponerle a mi madre que tuvieran un hijo juntos. Mi madre lo amaba de forma distraída, ella ni siquiera se daba cuenta que él ya estaba en su último aliento. Ella sentada en la orilla de la cama, le dijo: sí, sí quiero tener un hijo contigo. Yo trato de ver ese instante y pienso en la imagen inicial de una película amorosa, y donde ellos no se dan cuenta de que los estoy observando. Mi padre a pesar de todos los años vividos, a pesar de que nunca dejo de trabajar, que las enfermedades le fueron cobrando la factura correspondiente a los años, nunca fue capaz de contestar cuando alguien le preguntaba cómo estaba de otra forma que no fuera decir: «bien». Está a punto de amanecer. Laura Blake se levanta de la cama. Contempla su ropa interior. Yo hago un recorrido por mi vida, noto esa desgracia que me viene siguiendo desde que era un niño, desde que mi perro murió y deje la casa para no cometer una locura, esa larga cadena de desgracias y tristezas y ahora Laura Blake que me ha convencido a ponerme de nuevo en un punto crítico y me siento más vulnerable, más desprotegido y siento un deseo irremediable por salir corriendo, como si al hacerlo todo se pudiera olvidar o como si alguien más me estuviera esperando para resolver mis problemas. Entonces le digo a Laura Blake: ya es hora de irnos y ella no dice nada, solo me acaricia largamente y me mima como lo haría como un animal herido. Entonces y solo entonces yo me pongo a llorar y no hay forma de parar.
El collar del perro (16.1)
junio 20, 2013 por Carlos Efron Mur
Lo había leído todo en el ordenador porque lo pillé tarde. Al final su ritmo y el mío coincidieron y me acompañó una tarde en la bañera con las notas de Bill Evans (solo) en el aire. Lo «me gusta» te los debía casi todos así que te han llegado de sopetón también.
agradezco la lectura, confieso que es un ejercicio que espero llevar hasta el final aunque no tengo ni idea de por donde o cuando va a llegar. Al final muchas notas van a sobrar eso lo tengo claro, pero es un ejercicio de construcción sobre la marcha un experimento raro y del cual tengo que agradecer a todos los que de alguna forma u otra leen una parte o todas las partes que lo integran… un abrazo
Sigo celebrando el «experimento» que da a la luz tan buenas líneas. La labor de edición vendrá después y seguro la harás minuciosamente, no te preocupes por ello. Aquí seguimos muchos, leyéndote y aplaudiendo tu sensibilidad, querido.
querida gracias por leer este experimento, tú que eres una excelente lectora sabes que las obras en «negro» no suelen ser muy atractivas así que agradezco al doble… abrazos y besos
No tienes de qué, es un gusto que además lleva cariños entretejidos…
el mismo cariño entretejido desde este rincón de esta patria para ti querida
Lo tuyo ATRAE no es sencillo hilar tan bien un relato Amigo te sigo leyendo
Bueno, es un protagonist siempre pierdiendose y encontrandose pero, aun con sus mujeres y busqueda, su dolor por su perro, aun no se a dado de dares de cuenta de muchas cosas que, despues de tantos capitulos ya hubiera algo mas solido. El collar y perro obviamente son simbolos bien Fuertes, pero que ni el protagonist sigue descubriendo. Hay muchos Buenos adjetivos en tu descripciones. Te felicito Corazon ~ Deborah
es un protagonista con muchos caprichos eso supongo
Hola! Paso a comentarte que nominé tu blog al Liebster blog award, a nombre de la nominación que recibimos en Salto al reverso. Saludos!!
Aquí el link: http://saltoalreverso.wordpress.com/2013/06/22/liebster-blog-award/
Hola Carlos, este artículo lo leí en su día, el día que lo publicaste, pero a veces me pasa que llevo tanta prisa que no se que comentar y me largo.
Tampoco veo lógico, poner «me gusta» sin leer o sin comentar, pero no llego, de verdad, ando muy estresada, así que disculpa mis ausencias porfa.
.
Te dejo un abrazo de corazón y un besito.
querida nada que disculpar, yo te leo casi todo el tiempo y soy egoísta porque no dejo un comentario de mis lecturas, no tiene sentido un me gusta sin leer también lo creo pero además sino leo evito el me gusta porque sería una traición enorme
espero que el estrés te abandone a la brevedad