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Cuando encontré a mi perro muerto, me puse las manos sobre las orejas y me tire al suelo a rodar y llorar. Quede boca abajo y percibí ese olor a la tierra mojada, olor de las primeras humedades de la tierra, esa que se da en el instante mismo que caen las primeras gotas de lluvia. Ese olor era agradable y me haría de recordar cada inicio de lluvia por el resto de mi vida, ese día en que encontré a mi perro muerto. Me gusta el olor de ciertas humedades. Laura Blake dijo:
—Voy a preguntarte una vez más…
Laura Blake le estaba haciendo muchas preguntas y las hacía rápido, no le daba tiempo para pensar. Se le juntaban todas e imagine que se estaban volviendo un ruido en la mente de ella, igual a ese ruido que lanzan los borrachos a mitad de la noche cuando ella sale a bailar, supongo que es la estrella del lugar, esas son las que bailan a mitad de la noche, lo supongo porque ella había llegado desnuda al lugar, solo la cubría esa batita transparente y blanca como la leche. Terminaría por bloquearse.
Estaba en el suelo, llorando, y lanzaba gemidos a los que mi padre llamaba, ruido de jotos, para él, yo era una marica, un puto. Hacía todas las cosas con la izquierda y ese era otro signo inequívoco de mi homosexualidad. Puto, marica una y mil veces y no se cansaba de repetirlo. Fue desde entonces que descubrí la manera de inventarme ese ruido, es como un pequeño zumbido, algo constante y que me aleja los otros ruidos, no escucho nada. Mi padre me agarro del brazo y me levanto del suelo, me tocó de una forma que no me gustó y fue entonces cuando le pegué. Me corrió de la casa.
Pensé en decirle a Laura Blake que la mujer no tenía nada que ver con el crimen, había algo en mi interior que me decía que ese no era el camino a seguir, pero ella rara vez se equivocaba, así que era mejor no meter la pata, alguien que experimenta la muerte de forma no natural, no se puede decir que no tenga una muerte violenta, pero a estos muertos se les veía contentos, como si no se hubieran dado cuenta jamás de la hora en las que la vida se les fue de las manos. El que estuvieran desnudos me hacía suponer que hacían el amor mientras fueron despojados de su vida, aunque la diferencia de edad entre ellos podría ser de más o menos 20 años. Él era el mayor de los dos.
me atrapaste amigo!!! espero el siguiente….oh NO??
espera querida, no se cuantos siguientes vamos a tener pero vamos a tener-los
La muerte llega sin decir nada, da su hachazo y ya…da igual que sean del mismo sexo.
la muerte es intempestyiva. yo no confió en ella, ultimamente se lleva a más jovenes que viejos
La verdad es que me está gustando mucho. Ana
gracias querida. abrazos y besos