Lo supe gracias a que Claudia me escribió un emilio, se enteró casualmente en la oficina, alguno de sus amigos, le comento que ella había muerto. El correo tenía un tinte dramático, desde el titulo uno podría intuir que algo malo había sucedido. Claudia no uso muchas palabras para informarme del suceso, unas cuantas ideas sueltas que me permitían suponer la forma de la muerte de ella, pero nada más.
Ella no pudo resistir a la segunda operación de su corazón, después de una larga lucha y un par de infartos que anunciaban su muerte, ella abandono su cuerpo. El médico tratante estaba desconsolado, pero no tenía tanto dolor como el de la madre de ella. Todo aquello me sonaba complicado, la gente puede entretenerse en historias que parecen no tener sentido y las que tienen que ver con el dolor humano, se pierden porque muchas veces nos parecen trilladas y otras porque hace mucho nos dejo de importar el dolor de los demás, somos tal vez una raza de insensibles.
Envié un emilio respuesta, preguntando: ¿Dónde sería el entierro?, al cual me respondieron de forma muy breve; fue ayer, en el municipal.
Todo el día me la pase dando vueltas, me parecía imposible que la última chica que me había coqueteado abiertamente, para hoy estuviera muerta. La vida vista así, es mucho menos que un suspiro, apenas un detalle imperceptible que el tiempo puede borrar con facilidad. Que una chica me coqueteara abiertamente es en sí, una noticia y no por mis 40 años, sino porque eso nunca fue algo “rutinario” en mi vida.
Naturalmente ella era muy hermosa.
De inmediato llame a las agencias funerarias para saber los nombres y la dirección de las familias, de las personas que fueron sepultadas el día de ayer. No me costó mucho trabajo identificarla a ella, pues era la única mujer que fue enterrada ayer, en la ciudad. También solicite el número telefónico de los familiares. Es claro que yo no tenía nada que hacer, irrumpiendo en el dolor de los demás. Pero tenía una gran necesidad de saber un poco más de ella. No la curiosidad que siente el gato, sino algo más espontaneo, natural, algo que sale de un sitio desconocido al que muchos llaman sentimientos. Llegar a su casa como a cualquier parte de la ciudad no era algo complejo, y pese a que vivía a unos cientos de metros de mi casa, no me enteré a tiempo de su historia. Llame a su madre y en medio de la tormenta más cruda que hemos vivido en los últimos tiempos, fui a visitarla. La helada no fue un pretexto para que el crimen organizado hiciera de la suya, ni para que los bebedores abandonaran su tarea o el violador no quisiera llenarse las manos de pecado, los rezos de poco servían y la ciudad se vestía de una oscuridad profunda y ajena.
El día del entierro yo estaba en la ciudad México, llevaba una semana fuera de casa y no me paso siquiera por la mente que a ella la estuvieran enterrando. Lo cierto es que ese día hablamos de la muerte.
«Él caminaba por la avenida, dirigiéndose a la casa de la madre de ella, y recordaba los hermosos ojos cuando lo miraban, recordaba esos pequeños rizos que ella suavemente se apartaba de su rostro, su piel morena, su vida, su alegría. Pero ahora, ahora, solo está viva en su mente, en su recuerdo. Incluso, parece que estuviera más viva ahora que antes…. » 🙂
te ha quedado mucho mejor de lo que pensaba que podía quedar… empecé sin saber a donde he de llegar, lo confieso, pero es una hermosa continuación la tuya, besos querida
Vaya, lo de los paréntesis no estaba al principio creo, lo contabas de tal forma que coño, pensaba que la historia era real.
Ya no recuerdo si lo viví, lo imagine o lo soñé, por eso los paréntesis
Me encantan tus letras Carlos, en serio disfruto darle lectura a cada una de tus paginas…
me quedo en tus paredes..
Saludos, de Jueves al medio dia.. [casi,casi Viernes]
besos
agradezco querida que me hagas el favor de leer estas letras…los viernes me gustan (aunque en algún momento he dicho que todos los días son como lunes, pero solo casi son como lunes). Imagino tu fin de semana y luego que casi somos vecinos, me resulta más fácil imaginar el clima, el ambiente y todo eso. Un día nos ponemos de acuerdo y «armamos» una reunión familiar…
Y que asi sea, Saludos Carlos
ya será entonces. feliz día.abrazos querida
sueño o pesadilla
prefiero el sueño, pero las pesadillas tienen lo suyo y también me emocionan
Vaya manera de empezar. Yo no he tenidouna vida fácil y cualquier cosa que yo considere que es de «recreo» no puede hablar de muertes ni catastrofes son embargo no he podido despegar los ojos de la pantalla hasta que no lo he leido entero. Felicidades!!!! me ha encantado. te sigo impaciente.
gracias por la visita y por no despegar los ojos, la idea es seguir con ese cacería en medio de esta historia diaria, nos seguimos leyendo.