Últimamente mis horarios de calle, de trabajo o de rutinas son nocturnos y si le agregamos que en estos días llueve, la cosa es un poco sabrosa pero llena de riesgos, pongamos por no dejar la ocasión que una noche de estas ocurre un enfrentamiento, que me toca estar en medio y que no tengo idea alguna de lo que pueda o no hacer, pongamos que nada de eso sucede, que todo sigue en perfecta calma, que no hay nada de que temer y pongamos que después de media noche las calles siguen como todos estos días, vacías, sin nadie que se atreva a circular por ella, pongamos que lo mío no es una necesidad sino esa sensación única que produce la adrenalina, pongamos ya que estamos en eso, que esta es una ciudad extraña, diferente, sin relación con la violencia.
He ido acumulando cientos de pendientes y entre eso he dejado pendiente atacar mis dolores de cabeza, a veces creo que son los efectos de la migraña, otras veces pienso que alguna muela ausente me está causando estos dolores, otras veces supongo que son mis ojos que se cansan de tanto leer y entonces detengo mis lecturas y supongo que unos días sin hacerlo me vendrán muy bien, otras simplemente me revuelco de dolor y supongo que un día de estos se van acabar, aunque casi nunca cesa, y lo único que me queda es aprender a vivir con ellos (los dolores) y a quejar de vez en cuando.
Supongo que debo buscar la manera de solventar todos mis propuestas de trabajo, porque de otra manera mi pasión por lo que hago se verá afectada, pues supongo que van a llegar los días en los que me sienta cansado y no tenga ánimos para nada, incluso pienso que de ser posible un día de estos debería dormir sin reparar en el tiempo, pero la verdad de todo esta vida es que soy un insomne por excelencia, ¿de qué demonios estoy hecho?
Pongamos que consigues un día para ti, para estar tirado sin hacer nada, o para hacerlo todo, para descansar, para dormir, para leer, para acabar con la lista de pendientes, un día sin dolores de cabeza, sin insomnio, sin preocupaciones laborales. Un día para recuperar fuerzas, para subir lo ánimos. Y si con un día no te basta, coge una semana… y acaba con la rutina, las migrañas y con todo lo que no te haga estar bien!
Seguramente haria lo mismo que todos los días. Tal vez correría a una playa, porque en ese momento tendría otros deseos y exigencias…
¡Qué rico la playa!
si vivieras a la vuelta de la esquina, o a unos pasos de mi casa, te diría: vamos…