El círculo.
Una parte de mí, se descuida y no logra entender en que instante todo empezó a dar vueltas, si la vida y la historia fueran como aquella boa que se come los recuerdos por la cola, otra sería la historia de mi vida y seguramente no estaría despierto hasta altas horas de la madrugada.
Solo una parte de mí está en contra de no dormir, la parte donde me duele la cabeza y donde me pongo de mal humor durante el día, la otra parte es amante de las noches y se divierte a todo lo que da.
Todo en esta vida da vuelta, que de no haber descubierto la rueda, alguien habría encontrado la manera de rodar por los caminos, el círculo es algo especial y nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Y la vida como siempre es una señal intensa al igual que lo son los círculos, donde se encierran los ciclos. El hombre del quirófano me pregunta de dónde vengo, por qué mi acento no es del lugar, me pregunta si bailo y si ahora aún se acostumbra el pedirle a las chicas en los bailes si quieren bailar con uno y se los hombres somos capaces de quedar con ellos, de tener una cita y luego, luego que pase lo que uno quiera o Dios disponga. El cree que nos hemos perdido aquellos tiempos, los de su juventud y yo creo que nadie se ha perdido nada que todo es parte de la evolución natural y de los momentos que nos toca vivir.
Todo el tiempo me han considerado de otras tierras, quizá es mi acento o el color de mi piel que no se decide a tener algo muy común, aunque advierto que ni soy gris o morado y mucho menos azul intenso, pero algo en mí hace que medio mundo tenga sospechas de mi nacionalidad y me pregunten de donde vengo, otras veces nadie me pregunta pero puedo observar que piensan que soy un delincuente. En el círculo de las imágenes, en las horas invertidas en esta vida y en las cosas que ahora hago para mantener al día la función del trabajo alimenticio que he conseguido, para así tener en casa y la mayor parte del tiempo para escribir, existe un trabajo que me permite estar algunas horas en un quirófano, ver diferentes cuerpos bajo el efecto de una anestesia, ver el verdadero poder de las drogas y la vida de nuevo se cierra en un círculo donde despertar o no del estado inducido es cuestión de práctica y muchas veces de factores circunstanciales, aunque esos son los que menos.
Detrás de toda mi historia, existen tantas cosas que hoy en día me ponen en medio de todas estas circunstancias y dicen que uno debe ir cerrando círculos, porque son como ciclos y el hacerlo nos hace sentir bien.
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