Yo seguía llorando. Me habían dado falsas esperanzas, la mujer de los ojos grises no aparecía por ningún lado, nadie la había visto nunca, la seguí buscando; hasta que un día, ella se bajo de una troca y me dijo viéndome directamente a los ojos:
—¿Para qué me andabas buscando?
qué respondiste?
Ojos grises trata de ser el final de una historia. A un hombre, le cuentan un día que existe una mujer única y de una belleza especial e inigualable, este hombre se dedica a buscar a dicha mujer por toda la ciudad, otro día le dicen donde es que esta mujer trabaja, y él la sigue buscando pero no la encuentra. En un segundo plano se van contando las historias de la ciudad, enfrentamientos armados, levantones que se convierten en secuestros, y muertes accidentales o muertes como parte de un daño no deseado, es decir muertes ocasionales por estar en el lugar adecuado. Este hombre no se detiene en su búsqueda, todos los días por todas las calles de la ciudad, por todos los lugares que le dijeron que ella podría estar, pero como todo a un paso de dar con ella, se cansa y decide parar la búsqueda, es cuando ella se aparece y le pregunta, para qué demonios la anda buscando. En ese momento él descubre que ella ha estado todo el tiempo cerca de él, que con ella no puede construir una historia de amor, que ella se dejo rebasar por las costumbres del lugar y que mientras el la buscaba, ella había secuestrado, había disparado contra sus enemigos, había enfrentado a los miembros del ejército y había dado muerte a unos inocentes que cruzaban alguna calle, él en su ceguera nunca se percato de su existencia, pero ahora que la tiene enfrente, la recuerda, ve su rostro en cada una de las cosas que ha vivido en los últimos días y él ya sabe que no hay historia de amor, sino una historia cruda, cruel y que se salpica de la realidad diaria. Él habría respondido que la estaba buscando por esa cosa que llaman amor, pero se quedo callado.